jueves, 22 de noviembre de 2007

Lo que nadie ve.

La apariencia externa lo es todo en la cultura en que vivimos, es un hecho que aceptamos y vivimos. Siempre estamos preocupados (y mas las chicas) por la manera en que lucimos, cómo nos expresamos, como nos ven las personas.

Sin darnos cuenta muchas veces somos adictos a la opinion publica y dependemos de la aprobacion de la gente. Esto lo tenemos tan arraigados que funcionamos en automatico, y nos sentimos tan bien cuando nos dice lo bueno que somos, cuanto nos admiran.

Al punto de que nos esforzamos "por dar un buen testimonio", por tener un feeling de santidad, que la gente nos perciba como gente buena y por dentro podemos estar podridos.

Será que se nos ha enseñado a ser hipocritas? Será que no somos lo suficientemente honestos con nosotros mismos, será que sólo queremos ocultar la basura que llevamos dentro. Será que no hemos entendido que los conceptos de Jesús contradicen totalmente nuestra desviada conducta.

Jesús trastonó a los líderes religiosos de su tiempo, diciéndoles la verdad en sus caras: "Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad. Mateo 23:28"

Dios ve lo que el hombre no ve, a Dios nos valora totalmente diferente. Cuando somos autenticos delante de el, podemos ser autenticos delante de todos.

Vivir una sola vida es mas facil, causa menos estres no buscar la aprobacion de todos, es más dificil pero vale más ser genuinos.

El hombre mira lo que está delante de sus ojos (su apariencia), mas Dios mira el corazón. 1 Samuel 16:7



Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra. William Shakespeare.