sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Ser o hacer?


Hoy inició el Joxis un programa de entrenamiento para desarrollar nuevos líderes en el grupo de jóvenes universitarios en nuestra iglesia. En la primera sesión el Pastor Joel Peña compartió una reflexión acerca de "La vida devocional del siervo", enfatizando en la importancia que es mantener una íntima relación con Dios y ponerlo en el primer lugar en nuestras vidas y en el ministerio.
Fui muy confrontada cuando leyó Lucas 5:15-16 "Y su fama se difundía cada vez más, y grandes multitudes se congregaban para oírle y ser sanadas de sus enfermedades. Pero con frecuencia El (Jesús) se retiraba a lugares solitarios y oraba."
Estos versículos capturaron mi corazón, mientras nos explicaba que a pesar de Jesús estar siendo solicitado, necesitado y aclamado, con frecuencia, en vez de correr a las multitudes, Él se retiraba a lugares solitarios y oraba.

Cuánto nos gusta que las luces nos enfoquen y ser indispensables, preferimos los lugares repletos de gente que nos admiren y necesiten de nosotros.
Muchas veces nos cegamos porque vemos tantas necesidades, y tenemos excusas "piadosas" para ocupar nuestro tiempo a solas con Dios con cosas que hacemos en Su nombre.
Por muchos años viví inmersa en muchas actividades ministeriales, presente en todo cuanto fuera necesario y ausente en mi relación con Dios, entendí que para Dios es más importante el "ser" que el "hacer".

Creo que debo imitar a Jesús, apartándome dónde nadie me ve, nadie me llama, nadie dice mi nombre. Dónde soy yo quien llamo, soy yo la que necesito, soy yo la que busca... a Jesús.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Herramientas para ayudar a tus hijos a crecer en el carácter de Dios

Decidida a planificar una semana de enseñanza acerca de la honestidad a Josué, comencé a investigar en internet y me encontré con este excelente recurso para enseñarle a nuestros hijos valores basados en el carácter de Dios.
Se trata de www.kidsofintegrity.com del ministerio Enfoque a la Familia, una página con más de 20 lecciones desarrolladas en temas relacionados a la integridad como la fidelidad, el perdón, la generosidad entre otros. Las lecciones son descargables y están planificadas con historias bíblicas manualidades, ideas de disciplina creativa, versículos para memorizar, palabras de afirmación, entre otras cosas.
En nuestra familia somos testigos del poderoso efecto que produce la Palabra de Dios en nuestros hijos, y la importancia de ser intencionales en ayudarlos a cultivar un corazón en el que Dios puede hacer grandes cosas.
Qué bendición es saber que este material está disponible y listo para poner manos a la obra.
Anímate y escoge un tema y comienza una aventura con tus hijos con este excelente material.
*Enlace en español: http://translate.google.com/translate?sl=en&tl=es&js=n&prev=_t&hl=es-419&ie=UTF-8&u=www.kidsofintegrity.com&act=url

lunes, 9 de septiembre de 2013

Bendice alma mía al Señor

Recordemos las bondades del Señor.

Nuestra tendencia es olvidar cuán bueno ha sido y es Dios para con nosotros.

Él no nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
En esta mañana quiero traer a mi mente todos los beneficios y bondades del Señor, la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen.

Bendigo al Señor porque desde mi niñez he visto su cuidado y su gran amor.
El Señor me llamo desde mi juventud.
El Señor ha sido el mejor Padre para mí.
El Señor me ha guardado en sus caminos.
Él me dió a conocer Su precioso Evangelio.
Cuando he huído de Él, tras mi pecado, con lazos de amor me ha traído de vuelta a Él.
El Señor no ha tomado en cuenta mi infidelidad y mi maldad, si no que me ha favorecido con Su amor que no cambia.
Él se recuerda que soy sólo polvo, Él le ha dado sentido a mi vida.
Lo bendigo porque Él redimió mi diseño como mujer, esposa y madre.
El Señor me ha mostrado su provisión a través de la familia de la fe.
Bendigo al Señor porque nunca me tratado como he merecido, no ha tomado en cuenta mi pecado que es mucho y me sostiene con su gracia.
Bendigo al Señor porque me sostiene en Su mano y nada me apartará de Él.


Te comparto esta hermosa cancion del Salmo 103 por Alejandro del Bosque: Salmo 103 por Alejandro del Bosque
Salmos 103 (LBLA)
1 Bendice, alma mía, al Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades;
4 el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
5 el que colma de bienes tus años,
para que tu juventud se renueve como el águila.

6 El Señor hace justicia,
y juicios a favor de todos los oprimidos.
7 A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
8 Compasivo y clemente es el Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá con nosotros para siempre,
ni para siempre guardará su enojo.
10 No nos ha tratado según nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra,
así es de grande su misericordia para los que le temen.
12 Como está de lejos el oriente del occidente,
así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el Señor de los que le temen.
14 Porque El sabe de qué estamos hechos,
se acuerda de que somos sólo polvo.

15 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.

19 El Señor ha establecido su trono en los cielos,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al Señor, vosotros todos sus ejércitos,

que le servís haciendo su voluntad.

22 Bendecid al Señor, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su dominio.
Bendice, alma mía, al Señor.

viernes, 16 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:169-176


Hoy arrivamos al final de este recorrido por el Salmo 119, hemos podido gustar cuán dulce es la ley de Dios y cuan deseables sus estatutos.

169 Llegue mi clamor ante ti, Señor;
conforme a tu palabra dame entendimiento.
170 Llegue mi súplica delante de ti;
líbrame conforme a tu palabra.
171 Profieran mis labios alabanzas,
pues tú me enseñas tus estatutos.
172 Que cante mi lengua de tu palabra,
porque todos tus mandamientos son justicia.
173 Pronta esté tu mano a socorrerme,
porque tus preceptos he escogido.
174 Anhelo tu salvación, Señor,
y tu ley es mi deleite.
175 Viva mi alma para alabarte,
y que tus ordenanzas me ayuden.
176 Me he descarriado como oveja perdida; busca a tu siervo,
porque no me olvido de tus mandamientos.

 En esta última porción el Salmista se enfoca en lo que que sale de su boca hacia Dios, escoge muy cuidadosamente sus palabras para dirigirse a su Señor.
Inicia con un clamor ante Dios y le pide que le de entendimiento conforme a Su Palabra. 
¿Es ese el clamor de tu corazón? Pidámosle a Dios que genere en nosotros un deseo por adquirir un profundo entedimiento de su voluntad, de sus estatutos.
Él continúa suplicando ser librado conforme a Su Palabra. ¿Es esa tu oración? En el momento de la prueba muchas veces queremos ser librados por métodos humanos, pero debemos pedirle a Dios que su Palabra sea los que nos libere en cualquier escenario que estemos viviendo.
Finalmente luego de clamar por entendimiento y de suplicar ser librado, el salmista pide a Dios que sus labios profieran alabanzas, que su lengua cante Su Palabra. 
¿Qué profieren tus labios? ¿Cuál es el contenido de las canciones que cantas? ¿Está tu boca saturada de la verdad de Dios? Debemos ser intencionales en alabar a Dios conforme a la verdad de Su Palabra, de esa manera estaremos honrándolo y al mismo tiempo afirmando Su verdad en nuestros corazones. 
Como fruto de aplicar estas verdades a nuestras vidas, surgirá en nosotros un anhelo por Su salvación, su ley será nuestro deleite, aún si nos descarriaramos como ovejas no olvidaremos Sus mandamientos.
Oro que podamos decir como el salmista "¡Viva mi alma para alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden!"

Para despedirme les comparto esta canción Cuánto amo tu ley

jueves, 15 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:153-160


En esta ocasión el salmista está atravesando una profunda aflicción y clama a Dios por liberación.

153 Mira mi aflicción y líbrame,
porque no me olvido de tu ley.
154 Defiende mi causa y redímeme;
vivifícame conforme a tu palabra.
155 Lejos está de los impíos la salvación,
porque no buscan tus estatutos.
156 Muchas son, oh Señor, tus misericordias;
vivifícame conforme a tus ordenanzas.
157 Muchos son mis perseguidores y mis adversarios,
pero yo no me aparto de tus testimonios.
158 Veo a los pérfidos y me repugnan,
porque no guardan tu palabra.
159 Mira cuánto amo tus preceptos;
vivifícame, Señor, conforme a tu misericordia.
160 La suma de tu palabra es verdad,
y cada una de tus justas ordenanzas es eterna.

Él pide a Dios que mire su aflicción  y aunque puede parecer una simple oración, esto me ayuda a recordar que puedo venir ante Dios y presentarle mi caso. Puedo acercarme confiadamente ante su trono, confiada de que encontré gracia para el oportuno socorro.
Cuando estás en aflicción, ¿vienes ante Dios y derramas tu corazón delante de Él?
El salmista pide ser liberado de su aflicción porque no se olvida de la ley de Dios, cuando la Palabra de Dios está fresca en nuestra mente podemos somos libres al creer sus hermosas y serguras promesas.
También el pide a Dios que defienda su causa y lo redima, que esperanzador es conocer a un Dios que además de ser nuestro Salvador es nuestro abogado. No tomes la justicia en tus manos, quédate quieta y pidele a Dios que sea tu único redentor.
En medio de todo en vez de contar sus muchas aflicciones, el salmista cuenta las misericordias de Dios que son muchas.
Cuenta tus bendiciones, haz memoria de las misericordias de Dios y tendrás una perspectiva diferente de tus aflicciones, las verás como parte del tierno cuidado de Dios para tu vida y para el fortalecimiento de tu carácter.
Muchos son los que lo persiguen pero él no les teme porque él puede reconocer que su Dios es mayor que todos, ese es el resultado de no apartarse de los testimonios de Dios. Ponen a Dios en su lugar, por encima de cualquier cosa en este mundo. 
Es mi oración que de nuestro corazón nazca esta oración:
¡Mira cuánto amo tus preceptos;vivifícame, Señor, conforme a tu misericordia!

martes, 13 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:161-168

En estos versos el salmista resalta los beneficios de vivir y amar la Palabra de Dios.

161 Príncipes me persiguen sin causa,
pero mi corazón teme tus palabras.
162 Me regocijo en tu palabra,
como quien halla un gran botín.
163 Aborrezco y desprecio la mentira,
pero amo tu ley.
164 Siete veces al día te alabo,
a causa de tus justas ordenanzas.
165 Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar.
166 Espero tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandamientos.
167 Mi alma guarda tus testimonios,
y en gran manera los amo.
168 Guardo tus preceptos y tus testimonios,
porque todos mis caminos están delante de ti.

A pesar de que él es perseguido injustamente, su temor no está en el peligro en el que se encuentra si no que la Palabra de Dios es su autoridad, el teme más a las palabras del Dios todopoderoso.
¿En el momento de dificultad temes lo que pueda hacerte el hombre o tu reverencia por la Palabra de Dios es mayor?
El salmista se regocija en la ley de Dios como quien haya un gran botin. ¿Te produce gozo la Palabra de Dios? ¿Cuándo lees la Biblia quedas indiferente? Pídele a Dios que ponga en ti gozo por su Palabra.
¿Aborreces la mentira? ¿Cuáles son las mentiras que has creído y no te permiten experimentar abundancia en Cristo? ¿Tu entorno o circustancias nublan una correcta concepción de Dios y Su carácter? 

El salmista alaba a Dios siete veces al día exaltando Su Palabra, este un hábito que debemos imitar, determinar momentos al día en los que hacemos una pausa para alabar a Dios por Su Palabra. Es tan sencillo como tomar un versículo bíblico como este: 

El Señor es mi pastor, nada me faltará. Salmos 23:1 
Con este versículo puedes darle gracias a Dios por ser tu pastor, por su tierno cuidado. También puedes agradecerle por su provisión y la seguridad de que nada te faltará. 

Como fruto de su amor por la ley de Dios el salmista encuentra paz y es librado de tropiezos. Hay paz para aquellos que aman la ley de Dios y sus pasos están firmes en la Roca. 
Oremos para que Dios nos ayude a esperar en Él y a cumplir sus mandamientos.

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:145-152

La Palabra de Dios es un refugio seguro para que quienes acuden a ella. En esta porción el salmista pide auxilio de Dios y encuentra ayuda en sus estatutos.
145 He clamado con todo mi corazón; ¡respóndeme, Señor!
Guardaré tus estatutos.
146 A ti clamé; sálvame,
y guardaré tus testimonios.
147 Me anticipo al alba y clamo;
en tus palabras espero.
148 Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche,
para meditar en tu palabra.
149 Oye mi voz conforme a tu misericordia;
vivifícame, oh Señor, conforme a tus ordenanzas.
150 Se me acercan los que siguen la maldad;
lejos están de tu ley.
151 Tú estás cerca, Señor,
y todos tus mandamientos son verdad.
152 Desde hace tiempo he sabido de tus testimonios,
que para siempre los has fundado.
El ha clamado con todo su corazón, esperando respuesta de su Dios, y mientras lo hace promete guardar sus mandamientos.
En el momento de necesidad, en los que clamamos a Dios, hacemos promesas de seguirle y de agradarle... cuando Dios te responde,  ¿permaneces fiel a lo que has prometido?

El salmista se anticipa al alba, aún no ha amanecido y ya él está delante de Dios buscando su rostro y favor. En este encuentro él le pide ser vivificado conforme a Sus ordenanzas. El verdadero avivimiento sucede en un hombre frente a la Palabra de Dios. Steve Lawson
En este momento de busqueda el reconoce que Dios está más cerca que cualquier hombre que quiera hacerle daño. Cuando estamos en la presencia de Dios podemos sentirle más cerca y presente que cualquier otra cosa, también nos llenamos del convencimiento de que Su Palabra es verdad.
¿Sientes a Dios lejos? ¿No puedes ver la verdad en la Palabra de Dios?
Clama a Dios de madrugada, preséntate ante Dios y pide su auxilio.
Oro que Dios ponga en nosotros una necesidad desesperada por estar en Su presencia y por poner por obra Su Palabra.

lunes, 12 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:137-144

En esta porción del Salmo 119, el salmista se centra en la perfecta justicia de Dios poniendo en contraste su debilidad como hombre y exaltando la fidelidad de Dios.

137 Justo eres tú, Señor,
y rectos tus juicios.
138 Has ordenado tus testimonios con justicia,
y con suma fidelidad.
139 Mi celo me ha consumido,
porque mis adversarios han olvidado tus palabras.
140 Es muy pura tu palabra,
y tu siervo la ama.
141 Pequeño soy, y despreciado,
mas no me olvido de tus preceptos.
142 Tu justicia es justicia eterna,
y tu ley verdad.
143 Angustia y aflicción han venido sobre mí,
mas tus mandamientos son mi deleite.
144 Tus testimonios son justos para siempre;
dame entendimiento para que yo viva.

Los dos primeros versos son declaraciones muy valientes, el salmista afirma que el Señor es justo y que sus juicios son perfectos, a pesar de que con sus ojos ve todo lo contrario, aunque la injusticia está a la orden del día, él reconoce que la justicia de Dios prima por encima de toda maldad.
Cuando estás en medio de la adversidad, ¿puedes descansar en la verdad de que Dios es justo?
¿Las injusticias de la vida han quitado tus ojos del Dios justo?
Hay una tranquilidad del alma que sólo se obtiene cuando creemos que Dios es fiel y justo.

A pesar de que  él confiesa su pequeñez y que se siente despreciado, el salmista no pone sus ojos en sus circunstancias, el toma en cuenta los preceptos de Dios y no los olvida. Su identidad la define la Palabra de Dios, no sus sentimientos o circunstancias.
La angusta y la aflicción han venido sobre el salmista pero el reconoce que los mandamientos de Dios son su deleite.
Hay una tendencia en nosotras de alejarnos del Consejo de Dios a la hora de la aflicción, que el Señor nos conceda un corazon que lo busque y lo anhele aún en medio de la prueba.
¿Dónde está tu deleite?
Finalmente el salmista pide a Dios que le de entendimiento de sus testimonios para que viva; el verdadero avivamiento proviene de conocer y vivir la santa Palabra de Dios.

viernes, 9 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:129-136

Cuando nos llenamos de la Palabra de Dios nuestro corazón es movido a obedecer y a honrar a Dios. Es mi oración que esto sea una realidad en nuestras vidas.

Los versiculos de hoy:
129 Maravillosos son tus testimonios,
por lo que los guarda mi alma.
130 La exposición de tus palabras imparte luz;
da entendimiento a los sencillos.
131 Abrí mi boca y suspiré,
porque anhelaba tus mandamientos.
132 Vuélvete a mí y tenme piedad,
como acostumbras con los que aman tu nombre.
133 Afirma mis pasos en tu palabra,
y que ninguna iniquidad me domine.
134 Rescátame de la opresión del hombre,
para que yo guarde tus preceptos.
135 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus estatutos.
136 Ríos de lágrimas vierten mis ojos,
porque ellos no guardan tu ley. (Salmos 119:129-136, LBLA)

El salmista inicia estos ocho versículos declarando que su alma guarda los testimonios de Dios porque estos son maravillosos, esto puede parecer una simple oración, pero en realidad aquí podemos ver un nivel de asombro y admiración que muchas de nosotras podemos haber perdido.
¿Cuándo te expones ante la Palabra de Dios te sientes asombrado por ella?
Es mi oración que no pasemos por alto la asombrosa verdad de Dios revelada a simples pecadores.
En el versículo 130 recibimos la esperanza de ser alumbrados en la sencillez de nuestros entendimiento. No importa cuan densa sea la oscuridad que te rodee, la luz de Cristo puede esparcirla en un instante.  

Dios se vuelve a los que aman Su nombre y les tiene piedad, los rescata de la opresión y afirma sus pasos. Ninguna iniquidad nos dominará si amamos de todo corazón la Palabra de Dios y con la ayuda de Su Espiritu la ponemos por obra. 

Finalmente el salmista llora con compasión por aquellos que no guardan la Ley de Dios, él ha gustado que bueno es Dios y Su Palabra dulce como la miel, y siente una profunda tristeza por los que no le conocen. ¿Se entristece tu corazón por los perdidos?
¡Pidamosle al Señor que nos de un corazón como el Suyo!

jueves, 8 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:121-128

Este ha sido un recorrido en el que nuestros corazones han sido movidos a inquirir en la ley de Dios y meditar en sus promesas.
Los versículos de hoy son
121 He practicado el juicio y la justicia;
no me abandones a mis opresores.
122 Sé fiador de tu siervo para bien;
que no me opriman los soberbios.
123 Desfallecen mis ojos por tu salvación,
y por la promesa de tu justicia.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia,
y enséñame tus estatutos.
125 Yo soy tu siervo, dame entendimiento
para que conozca tus testimonios.
126 Es tiempo de que actúe el Señor,
porque han quebrantado tu ley.
127 Por tanto, amo tus mandamientos
más que el oro, sí, más que el oro fino.
128 Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas,
y aborrezco todo camino de mentira.
En un mundo donde prima la injusticia y la maldad, el salmista tiene su conciencia libre de condenación, le pide a Dios que le libre de la maldad de sus opresores, él está confiando en que Dios es su mayor Juez y Abogado.
¿Ante la opresión y la injusticia de los hombres cuál es tu actitud? ¿Buscas en Dios tu refugio o sales a defenderte y a luchar contra ellos?

¿Anhelas que Dios cumpla su promesa de justicia o anhelas tomar venganza en tus propias manos?
En el versículo 124 vemos como el salmista se abandona en la misericordia de Dios, él sabe que Dios es Justo y obrará todo para su bien.
¿En medio de la prueba te abandonas a la voluntad de Dios? ¿Las circunstancias en las que Dios te ha colocado son vistas a tus ojos como el plan de Dios o te resistes a lo que Él determinó para ti?

En el versículo 126 David reconoce que es tiempo de que Dios actúe, me confronta mucho su actitud ante los problemas, haciendo esta afirmación él nos dice de manera implicita " Es tiempo de que yo me esté quieto y deje a Dios obrar".
Dios nos esta diciendo lo mismo a cada una de nosotras: Permitámosle a Dios obrar en cada area de nuestras vidas, estemos quietas y reconozcamos que sólo Él es Dios. Salmos 46:10
Anhelemos los mandamientos del Señor más que el oro, que no haya riqueza ni posesión que pueda interponerse a nuestra devoción por Su Palabra.


miércoles, 7 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:113-120

Hoy seguimos con nuestro recorrido por el Salmo 119, ha sido maravilloso estar empapándonos de su verdad, es mi oración que seamos movidas a buscarle con afan.

Hoy veremos los siguientes versos:


113 Aborrezco a los hipócritas,
empero amo tu ley.
114 Tú eres mi escondedero y mi escudo;
en tu palabra espero.
115 Apartaos de mí, malhechores,
para que guarde yo los mandamientos de mi Dios.
116 Sostenme conforme a tu promesa, para que viva,
y no dejes que me avergüence de mi esperanza.
117 Sostenme, para estar seguro,
y que continuamente preste atención a tus estatutos.
118 Has rechazado a todos los que se desvían de tus estatutos,
porque su engaño es en vano.
119 Como escoria has quitado de la tierra a todos los impíos,
por tanto amo tus testimonios.
120 Mi carne se estremece por temor a ti,
y de tus juicios tengo miedo. (Salmos 119:113-120 LBLA)

En esta porción el salmista se opone de frente a los que se burlan de la ley de Dios, exalta la veracidad y la seguridad de Sus promesas y resalta el destino de todos lo que la rechazan. 

¿Aborreces la hipocrecia y la mentira?
¿Cuándo estas rodeada de personas que no aman la ley de Dios, permaneces firme o te adaptas a ellos?
¿Cuándo eres afectada por el mal de los impíos encuentras en Dios tu escondedero? 
¿Es la Palabra de Dios como un escudo para ti? o ¿Dejas que las obras de los malhechores te afecten?

El salmista confía que la Palabra de Dios es segura, ella es su sustento y aun en medio de la prueba él sabe que no será avergonzado, sino que su esperanza florecera y Dios cumplirá sus promesas.
Cuando experimentamos esa seguridad que solo puede darnos la Palabra de Dios continuamente prestaremos atención a Sus estatutos.
Él reconoce que Dios ha rechazado a todos los que se desvian, esto me confronta, ¿Hasta qué punto he consentido yo en obrar junto a aquellos que no toman en cuenta a Dios? 

Oro para que Dios nos llene de un temor reverente hacia Él y Su Palabra de manera que la atesoremos por encima de la opinión de los que han rechazo a Dios.




martes, 6 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:105-112

Continuando con la serie del Salmo 119, en los próximos versículos vemos al salmista resaltar varias cosas primero su dependencia de la Palabra y también lo vemos hacer algunas declaraciones que están vinculadas al peso que tiene La palabra de Dios en su vida.

105 Lámpara es a mis pies tu palabra,
y luz para mi camino.
106 He jurado, y lo confirmaré,
que guardaré tus justas ordenanzas.
107 Estoy profundamente afligido;
Señor, vivifícame conforme a tu palabra.
108 Te ruego aceptes las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Señor,
y enséñame tus ordenanzas.
109 En peligro continuo está mi vid,
con todo, no me olvido de tu ley.
110 Los impíos me han tendido lazo,
pero no me he desviado de tus preceptos.
111 Tus testimonios he tomado como herencia para siempre,
porque son el gozo de mi corazón.
112 He inclinado mi corazón para cumplir tus estatutos
por siempre, hasta el fin. (Salmos 119:105-112, LBLA)

El versículo 105 nos muestra como la Palabra de Dios se muestra en cada paso de la vida del salmista y en los planes futuros también, cuando el dice lampara a mis pies es tu palabra, está dejando claro que cada paso que el da cada día es iluminado por la palabra de Dios, y que en su andar en las decisiones que toma a futuro también la Palabra es quien le ilumina, esto nos enseña muchas cosas pero sólo vamos a reflexionar en algunas, primero, ¿Es la Palabra de Dios mi brújula en cada paso que doy cada día? ¿Es la palabra de Dios la guía para mi camino, mi andar, mis decisiones y planes? ¿Estoy yo andando en oscuridad? Queda implícito que sólo la palabra tiene la oportunidad de iluminar mis pasos, entonces de no hacerlo estoy caminando en oscuridad.

El versículo 106 muestra el compromiso que el salmista tiene con la Palabra, él lo presenta de la siguiente manera, “he jurado, y lo confirmaré, que guardaré tus justas ordenanzas”, es evidente el nivel de compromiso que asume y hace publico, presta atención, el juramento es a guardar, es algo más alla que la lectura, es atesorarla y llevarla con él en todo momento.

Luego vemos en los versículos 107-108, que el hace dos peticiones, una es que el le pide al Señor que lo vivifique y otra que le enseñe sus ordenanzas, la primera viene acompañada de una condición de aflicción, “Estoy profundamente afligido” me pregunto ¿cuántas veces en medio de la aflicción mi oración ha sido vivifícame conforme a tu Palabra? Es probable que nunca lo hayas hecho sin embargo esta petición es coherente con Hebreos 4:12, donde el texto nos dice que la Palabra de Dios es viva y eficaz.. ¿Cuál palabra busco cuando estoy afligido? ¿La palabra del hombre? ¿O la única palabra que puede darme vida aun estando muerto, o afligido, SU PALABRA?

La segunda petición en esos versos es la siguiente “ ...enséñame tus ordenanzas” a esta petición le antecede un ruego, y es que el salmista le pide al Señor que acepte las ofrendas voluntarias de su boca, cuanta reverencia, aún las palabras que salen de nuestros labios para referirse a Dios deben levantarse con reverencia, humildad y sobre todo con un conocimiento de lo que Él ha ordenado.
En el versículo 110, vemos cuál su la actitud en medio de la persecución de sus enemigos, NO DESVIARSE DE SUS ESTATUTOS, me pregunto ¿cómo reacciono yo cuando he sido perseguido, o me he sentido acorralado? A veces lo ultimo que hacemos es recurrir a Su palabra, a sus promesas, de hecho muchas veces ni lo conocemos. Dios nos ayude a recurrir a Él cualquiera que sea nuestra situación.

Los últimos dos versículos 111-112, el escritor reitera su compromiso con LA PALABRA de Dios, primero dice que ha tomado como herencia sus testimonios, esto tiene una razón, ¿Por qué el ha tomado como herencia La Palabra? Porque son el gozo de su corazón. En la medida que conozco más la obra de Dios por medio de Su Palabra eso llenará de gozo mi corazón. El versículo 112 nos reitera su actitud, “inclinar su corazón para cumplir sus estatutos por siempre hasta el fin”, debemos doblegar nuestro corazón perverso, engañoso, perezoso, debemos de hacer el ejercicio de volcarlo hacia la Palabra de Dios, no temporalmente, sino para siempre y hasta el fin.


lunes, 5 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:97-104

Esta porción del Salmo 119 inicia con la declaración que seleccionamos para titula el recorrido, ¡Cuánto amo tu ley!, es mi oración que Dios inunde nuestros corazones con un profundo amor por su Palabra.
¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque tus testimonios son mi meditación. Entiendo más que los ancianos, porque tus preceptos he guardado. De todo mal camino he refrenado mis pies, para guardar tu palabra. No me he desviado de tus ordenanzas, porque tú me has enseñado. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca. De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira. (Salmos 119:97-104 LBLA)
¿Cómo logro amar la Palabra de Dios?
¿Cómo puedo alcanzar sabiduría y discernimiento?
El salmista nos da una respuesta clara a estas preguntas: él nos muestra la estrecha relación de su amor por la Ley de Dios y la meditación. La sabiduría y e discernimiento son frutos de mantener su mente ocupada con los Estatutos de Dios.  Y es bueno aclarar que él no se limita con decir que pensaba en las cosas de Dios, o que pasaba tiempo con otros creyentes, ni siquiera que estaba ocupándose de las cosas de Dios todo el día. Todas esas cosas son buenas pero se pueden convertir en sustitutos de lo más importante, aquí él está hablando de meditar la misma Palabra de Dios, repetirla, considerarla, pensar en ella.
En estos días tan convulsionados tenemos que ser muy intencionales para meditar, no esperes tener el escenario perfecto, sin ruido ni distracciones. Anota en una tarjeta ese versículo  esa promesa, ese texto que habla del carácter de Dios, quizás aquello que te confronta con tu pecado y llévalo contigo durante el día, léelo, memorízalo, conviértelo en tu oración o tu adoración.
¿Cómo puedo ser librado de tomar un mal camino o de desviarme de la ley de Dios?
 La respuesta a esta pregunta apunta a nuestro pecado de autosuficiencia, el salmista nos dice que él era enseñado por Dios. La verdad es que aún siendo cristianos luchamos con el pecado de no ser enseñables, creemos que nuestra "sabiduría", nuestra experiencia, los conocimientos adquiridos por nuestros anos en la fe nos dan el insumo que necesitamos para resolver casi todos los problemas que se avalanchan hacia nosotros. Esto es un gran error, debemos acercarnos a la Palabra dispuestos a dejar a un lado la tradición, la religión, nuestra propia opinión y dejar que Dios mismo nos dirija hacia su , sólo así podremos desechar el camino de mentira.
El salmista nos da una respuesta clara a estas preguntas: él nos muestra la estrecha relación de su amor por la Ley de Dios y la meditación. La sabiduría y e discernimiento son frutos de mantener su mente ocupada con los Estatutos de Dios.  Y es bueno aclarar que él no se limita con decir que pensaba en las cosas de Dios, o que pasaba tiempo con otros creyentes, ni siquiera que estaba ocupándose de las cosas de Dios todo el día. Todas esas cosas son buenas pero se pueden convertir en sustitutos de lo más importante, aquí él está hablando de meditar la misma Palabra de Dios, repetirla, considerarla, pensar en ella.
En estos días tan convulsionados tenemos que ser muy intencionales para meditar, no esperes tener el escenario perfecto, sin ruido ni distracciones. Anota en una tarjeta ese versículo  esa promesa, ese texto que habla del carácter de Dios, quizás aquello que te confronta con tu pecado y llévalo contigo durante el día, léelo, memorízalo, conviértelo en tu oración o tu adoración.
¿Cómo puedo ser librado de tomar un mal camino o de desviarme de la ley de Dios?
 La respuesta a esta pregunta apunta a nuestro pecado de autosuficiencia, el salmista nos dice que él era enseñado por Dios. La verdad es que aún siendo cristianos luchamos con el pecado de no ser enseñables, creemos que nuestra "sabiduría", nuestra experiencia, los conocimientos adquiridos por nuestros anos en la fe nos dan el insumo que necesitamos para resolver casi todos los problemas que se avalanchan hacia nosotros. Esto es un gran error, debemos acercarnos a la Palabra dispuestos a dejar a un lado la tradición, la religión, nuestra propia opinión y dejar que Dios mismo nos dirija hacia su , sólo así podremos desechar el camino de mentira.
¿Cómo puedo ser librado de tomar un mal camino o de desviarme de la ley de Dios?
 La respuesta a esta pregunta apunta a nuestro pecado de autosuficiencia, el salmista nos dice que él era enseñado por Dios. La verdad es que aún siendo cristianos luchamos con el pecado de no ser enseñables, creemos que nuestra "sabiduría", nuestra experiencia, los conocimientos adquiridos por nuestros anos en la fe nos dan el insumo que necesitamos para resolver casi todos los problemas que se avalanchan hacia nosotros. Esto es un gran error, debemos acercarnos a la Palabra dispuestos a dejar a un lado la tradición, la religión, nuestra propia opinión y dejar que Dios mismo nos dirija hacia su , sólo así podremos desechar el camino de mentira.
Hoy vamos a permitir que estos ocho  versículos nos respondan preguntas que son trascendentales en nuestro caminar con Dios.
Es mi oración que Dios ponga en nosotros un desesperado amor por Su Palabra y que podamos unirnos al salmista y decir: "Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca!




domingo, 4 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:89-96

Hoy seguimos en nuestro recorrido por el Salmo 119, hoy los versículos del 89 al 96:

89 Para siempre, oh Señor,tu palabra está firme en los cielos.90 Tu fidelidad permanece por todas las generaciones;tú estableciste la tierra, y ella permanece.91 Por tus ordenanzas permanecen hasta hoy,pues todas las cosas te sirven.92 Si tu ley no hubiera sido mi deleite,entonces habría perecido en mi aflicción.93 Jamás me olvidaré de tus preceptos,porque por ellos me has vivificado.94 Tuyo soy, Señor, sálvame,pues tus preceptos he buscado.95 Los impíos me esperan para destruirme;tus testimonios consideraré.96 He visto un límite a toda perfección;tu mandamiento es sumamente amplio. Salmos 119:89-96 (LBLA)

En los ocho versículos de hoy, el salmista deja muy claro la firmeza de la Palabra de Dios, resalta que Sus fieles mandatos permanecen para siempre y me encanta ver que deja muy claro que por todas las generaciones y hasta hoy son firmes. 
Eso nos debe poner a temblar, saber que el mismo Dios de Noé, Abraham, Moises es el que me llama a una relación personal con Él.
Su consejo es eterno y no cambia. El salmista pone a relucir que hubiera perecido si la Ley de Dios no fuera su deleite. El mundo es una tierra movediza en la que podemos hundirnos si no nos aferramos a la sólida Palabra de Dios. EL versículo 96 resalta que él ha visto que en esta tierra nada puede alcanzar la perfección de la ley de Dios, justo como declara el Salmos 19:7
La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.
Hay restauración en la Palabra de Dios, por que ella es perfecta y segura, capaz de hacer sabio al más sencillo.

A continuación veremos algunos pasajes relacionados con la hermosa característica de la firme permanencia de la Palabra de Dios y sus promesas y a partir de ellos cuestionemosnos algunas cosas:

Juan 15:4
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
-¿Permanezco en la Palabra de Dios?
-¿Reconozco que nada puedo hacer si Cristo? o ¿Vivo mi vida de manera independiente, tomando mis propias decisiones?

Juan 8:31
Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos;
-A la luz de este versículo, ¿eres un verdadero discípulo?
-¿Entiendes que si no permaneces en la Palabra podrías ser un religioso más no un hijo de Dios?

2 Timoteo 2:13
si somos infieles, El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.
-¡Que esperanzadora verdad! A pesar de nuestra infidelidad, Él permance siendo fiel.
-Toma un momento y analiza tu caminar con Dios, recordando que Cristo es capaz de perdonarte, Él es fiel.

1 Juan 3:24
El que guarda sus mandamientos permanece en El y Dios en él. Y en esto sabemos que El permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
-Dios sabe que por nosotros mismos no podemos guardar Sus mandamientos, es imposible, por eso nos ha dado su Santo Espíritu que nos ayuda a permanecer.


sábado, 3 de agosto de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:81-88



Hoy arribamos justo a la mitad de nuestro recorrido por el Salmo 119 y encontramos un cuadro muy intenso, se trata de un hombre en extrema desesperación y necesidad.

Mi alma desfallece por tu salvación;en tu palabra espero.Mis ojos desfallecen esperando tu palabra,mientras digo: ¿Cuándo me consolarás?Aunque he llegado a ser como odre al humo, no me olvido de tus estatutos.¿Cuántos son los días de tu siervo?¿Cuándo harás juicio contra mis perseguidores?Fosas me han cavado los soberbios, los que no están de acuerdo con tu ley.Todos tus mandamientos son fieles; con mentira me han perseguido; ¡ayúdame!si me destruyen en la tierra, mas yo no abandoné tus preceptos. Vivifícame conforme a tu misericordia, para que guarde el testimonio de tu boca. Salmos 119:81-88 (LBLA)

Mientras leemos esta porción podemos ver como el salmista está arropado en una terrible oscuridad y angustia, siente que su alma desfallece al punto de que aún sus ojos sienten morir.
He estado en situaciones similares, en las que siento una carga tan pesada y un peso tan fuerte en mi alma que ya no encuentro fuerzas ni para abrir mis ojos. ¿Alguna vez te has sentido así?
Cuánto me confronta la actitud del salmista, porque tras la declaración de su moribundo estado, él no encuentra salvación fuera de Dios. Su consuelo viene de lo alto.
En momentos de tribulación, de extrema angustia y desesperación puedes encontrar consuelo en Sus promesas y aferrarte a las verdaderas promesas de Dios.
El ha llegado a ser como una vasija expuesta al humo, su alma se ha teñido de la negrura de la persecución y la maldad de los hombres. ¿Cuántas veces nos hemos sentido de esa manera? ¿Otros han ahumado tu vida con maldad y han ensuciado tu corazón o tu testimonio? El salmista te dice: No te olvides de Sus estatutos.
Ninguna circunstancia en la vida de un creyente llega sin el consentimiento de Dios, así que por más negro que se vea tu panorama confía y no olvides Sus promesas.
Finalmente él declara que su justicia proviene de Dios, su caso está en manos de su juez y abogado y a pesar de que los soberbios hayan cavado fosas, que lo hayan perseguido con mentiras, que casi es destruido, él clama a Dios por ayuda. El salmista sabe que en ningún  otro hay salvación ni esperanza sino sólo en Aquel que es capaz de vivificarlo por Su gran misericordia.
¡Clamemos desesperadamente a Dios por ayuda hoy!