miércoles, 31 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:49-50


Publicado en www.AvivaNuestrosCorazones.com

En nuestro recorrido por el Salmo 119 hemos podido ver la importancia de atesorar la Palabra de Dios y contemplar su belleza.
Hoy veremos desde el versículo 49 hasta el 56:

49 Acuérdate de la palabra dada a tu siervo,
en la cual me has hecho esperar.
50 Este es mi consuelo en la aflicción:
que tu palabra me ha vivificado.
51 Los soberbios me insultaron en gran manera,
sin embargo, no me he apartado de tu ley.
52 Me acuerdo de tus ordenanzas antiguas, oh Señor,
y me consuelo.
53 Profunda indignación se ha apoderado de mí por causa de los impíos
que abandonan tu ley.
54 Cánticos para mí son tus estatutos
en la casa de mi peregrinación.
55 Por la noche me acuerdo de tu nombre, oh Señor,
y guardo tu ley.
56 Esto se ha hecho parte de mí:
guardar tus preceptos. Salmos 119:49-56 (LBLA)

 Esta porción está llena de esperanza, aquella que proviene sólo de la seguridad que hay en Dios.
Las promesas de Dios son sí y amén (2 Corintios 1:20) no debemos dudar de su respuesta mientras Él en su plan perfecto nos hace esperar.
 Y aún en los momentos de aflicción y de intensa prueba tenemos un glorioso consuelo y es que hay vida en Su Palabra. Esto le da una nueva perspectiva al salmista porque él ha visto como la ley de Dios lo ha llenado de vida cuando sentía morir.
Mientras él era insultado por los soberbios se mantuvo firme y no se apartó de la Su Palabra, lo que Dios pensaba de él era mas importante que las necias palabras de sus burladores, su confianza estaba en la Roca inconmovible. Su corazón se llenaba de indignación al ver como los impíos abandonaban la ley de Dios, su amor por ella era tal que esto era un acto ofensivo para él.

En medio de todo esto, aflicción, insultos en labios de soberbios, indignación, él opta por cantar las verdades de Dios, él sabe que esta tierra no es su hogar asi que eleva cánticos saturados de sus promesas como el que está de camino a su morada eterna. Y aún en la oscuridad de la noche recuerda el Nombre del Señor, uno que es sobre todo nombre
18 Mi oraciónes que los ojos de vuestro corazón sean  iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,  y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, 20 el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, 21 muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Efesios 1:18-21 (LBLA)

Preguntas para reflexionar:

¿Mientras esperas en Dios hay esperanza tu corazón por las promesas de Dios?
¿En medio de la afliccion encuentras vida en Su Palabra?
¿Confías plenamente en que las promesas de Dios son seguras?
¿Cuando eres rechazado o insultado por tu fe, cuál es tu reacción?
¿Al ver como los impíos se apartan de la ley de Dios tu corazón se queda indiferente o hay dentro de ti un celo por su verdad?
¿En medio de dificultades lloras o cantas? ¿De dónde provienen las letras de tus canciones? ¿De la Palabra de Dios?
Al momento de ir a dormir, ¿recuerdas los nombres de tus problemas o el Nombre que es sobre todo nombre?

lunes, 29 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:41-48

Publicado en www.AvivaNuestrosCorazones.com

Hace unos días inicié un recorrido por el Salmo 119, un capítulo dedicado completamente a la Palabra de Dios, y en el camino he sido grandemente confrontada acerca de mi actitud ante ella.
Es mi oración que Dios me de un corazón que pueda atesorarla, meditarla y deleitarse en ella.

Hoy veremos del versículo 41 al 48:
41 Venga también a mí tu misericordia, oh Señor,
tu salvación, conforme a tu palabra.
42 Y tendré respuesta para el que me afrenta,
pues confío en tu palabra.
43 No quites jamás de mi boca la palabra de verdad,
porque yo espero en tus ordenanzas.
44 Y guardaré continuamente tu ley,
para siempre y eternamente.
45 Y andaré en libertad,
porque busco tus preceptos.
46 Hablaré también de tus testimonios delante de reyes,
y no me avergonzaré.
47 Y me deleitaré en tus mandamientos,
los cuales amo.
48 Levantaré mis manos a tus mandamientos,
los cuales amo,
y meditaré en tus estatutos.

El salmista pide a Dios por misericordia, por salvación pero conforme a Su Palabra, el no quería ser salvado por métodos o filosofías humanas, su petición se trataba del rescate que sólo Dios puede ofrecer. 
¿En medio de dificultades a dónde acudes? ¿En quién o qué buscas tu salvación?
¿Es la Palabra de Dios tu primera opción en la hora de la prueba?

Él podía encontrar respuesta para responder a su problema, él tenia su confianza en el lugar indicado y mientras espera en Sus ordenanzas le pide a Dios que no quite de su boca la palabra de verdad con el propósito de guardarla, no un día sino para siempre. 
Aquí surgen varias preguntas:
¿Tengo toda mi confianza puesta en las promesas de la Palabra de Dios?
¿Mientras espero respuesta de Dios espero meditando en sus promesas?
¿Soy diligente para guardar su ley sin importar las circunstancias?

En el versículo 45 el declara que "andará en libertad" porque el busca sus preceptos, me encanta que esta declaración preceda el verso anterior donde dice que pone su confianza y espera en Su palabra para guardarla, porque esto hace entender que lejos de él sentirse esclavo por todos estos mandatos, o preso por tener que cumplir todos estos estatutos, él afirma que ¡andará en libertad! 
¡Esa es la obra de Cristo para quienes ponen su confianza en Él! ¡Que glorioso Salvador!
El fue llevado cautivo, murió en una cruz para que tú y yo podamos caminar en libertad, para que sus mandamientos no sean un yugo sino un deleite. 

¡No hay mayor bien para el hombre que caminar en los estatutos del Señor, sólo así puede correr en libertad hasta su Salvador!

Esa libertad de la cual habla el salmista es que lo impulsa a presentarse ante reyes y autoridades para hablarles de las maravillas de Sus testimonios, no hay vergüenza alguna solo hay seguridad y confianza en Su Palabra.
¡Te invito que juntos podamos deleitarnos en sus mandamientos, que los amemos y meditemos en ellos!

viernes, 26 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! - Salmos 119:33-40

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Pubicado originalmente en www.AvivaNuestrosCorazones.com
Cada día este recorrido se vuelve más interesante, al acercarme a la porción de hoy, oro a Dios que abra nuestros ojos ante Su verdad y despierte en nosotros un desesperando anhelo de buscarle. 
Veremos del versículo 33 al 40: 
33 Enséñame, oh Señor, el camino de tus estatutos,
y lo guardaré hasta el fin.
34 Dame entendimiento para que guarde tu ley
y la cumpla de todo corazón.
35 Hazme andar por la senda de tus mandamientos,
porque en ella me deleito.
36 Inclina mi corazón a tus testimonios
y no a la ganancia deshonesta.
37 Aparta mis ojos de mirar la vanidad,
y vivifícame en tus caminos.
38 Confirma a tu siervo tu palabra,
que inspira reverencia por ti.
39 Quita de mí el oprobio que me causa temor,
porque tus juicios son buenos.
40 He aquí, anhelo tus preceptos;
vivifícame por tu justicia. Salmos 119:33-40 (LBLA)
 En esta ocasión el salmista ha reconocido quien es su verdadero maestro y clama a Él para que le enseñe el camino de Sus estatutos, me llama la atención ver que él no esta pidiendo sólo una enseñanza de palabras, él quiere saber como caminar y no hasta la mitad del camino sino hasta llegar al fin.
Y eso me confronta en gran manera, porque para mi es muy fácil iniciar cosas, aceptar las cosas que Dios me habla, hacer largas listas de las cosas que quiero comenzar a hacer pero llevarlas a la práctica de manera consistente y sostenida es tan dificil. Y cuando el dice "hasta el fin"se refiere al fin de sus dias, que ese sea la oración de nuestro corazón, que Dios nos conceda ser fieles a sus mandatos y nos encuentre haciendo así.

¿Cuáles son las cosas que has iniciado en tu busqueda de Dios y Su Palabra y no has sido consistente?
¿Qué cambios ha producido la Palabra de Dios en ti y no has perseverado en ellos?

Hay dos características en la forma en la que el se acerca a Dios que nos ayudará a ser más fieles y la primera es que él quiere cumplir la ley de Dios "de todo corazón", esta es una respuesta al primer de los mandamientos dados por Dios mismo (Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… Deuteronomio 6:5) Asi que el salmista está respondiendo a la voluntad y el deseo de Dios, me pregunto: ¿Cómo sería mi relación con Dios si lo que la caracterizara fuera mi deseo de cumplir la ley de Dios con todo mi corazón?
La segunda característica es que él se deleita en Sus mandamientos, eso va mas allá de simplemente considerar que son buenos y verdaderos; en la ley de Dios él ha encontrado su deleite, sus ojos no se van tras la vanidad de este mundo, el no comparte los gustos y placeres terrenales, porque ha podido ser capturado con la belleza de Su ley.
 1 Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
sino que en la ley del Señor está su deleite,
y en su ley medita de día y de noche! Salmos 1:1-2 (LBLA)
Los versículos 36 y 37 apuntan precisamente al rechazo de las ganancias deshonestas y la vanidad, el no quiere postrarse ante lo que los ídolos de los hombres, el anhela inclinarse a lo que puede darle vida y finalmente el quiere ser alejado del del oprobio porque le causa temor, él está seguro que lo único seguro y confiable es la Palabra de Dios, el pecado es es lo que trae vergüenza al hombre pero el que permanece en la ley de Dios será como árbol plantado que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae.
¿Qué cambios crees que debes comenzar a hacer a partir de estos versículos?

jueves, 25 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! - Salmos 119:25-32

Publicado en www.AvivaNuestrosCorazones.com


Continuamos con nuestro recorrido por el Salmo 119, sólo hemos visto 24 versículos y tenemos tanto para meditar y aplicar. Siento que estoy ante un brillante tesoro lista para descubrir todo lo que hay allí dentro. 
San Agustín se refirió a este Salmo así: "«cuantas veces he intentado pensar en él, siempre excede el poder de mi pensamiento atento y la capacidad de comprensión de mis facultades.
!Oro que Dios siga abriendo nuestros ojos a Su Verdad!

Hoy veremos desde el versículo 25 al 32:
25 Postrada está mi alma en el polvo;
vivifícame conforme a tu palabra.
26 De mis caminos te conté, y tú me has respondido;
enséñame tus estatutos.
27 Hazme entender el camino de tus preceptos,
y meditaré en tus maravillas.
28 De tristeza llora mi alma;
fortaléceme conforme a tu palabra.
29 Quita de mí el camino de la mentira,
y en tu bondad concédeme tu ley.
30 He escogido el camino de la verdad;
he puesto tus ordenanzas delante de mí.
31 Me apego a tus testimonios;
Señor, no me avergüences.
32 Por el camino de tus mandamientos correré,
porque tú ensancharás mi corazón. Salmos 119:24-32
(LBLA)
Cuantas emociones intensas vemos plasmadas aquí, el salmista se siente abatido, hundido, su alma está postrada, en la definición más literal, se siente "apegado" al polvo. Esta condición es muy parecida a la muerte, pero él no está hablando de una condición física, este es un tema espiritual, esta manejando difíciles asuntos del alma.

Justo ahí en medio de su terrible condición pide a Dios que le vivifique, pero no con estrategias humanas, ni con metodos de autosuperación, el le pide que lo vivifique conforme a Su Palabra.
"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón." Hebreos 4:12 (LBLA)
¡Ese es el poder de Su Palabra, es eficaz para dar vida al que está muerto, para levantar a un hombre que está tendido en el polvo sin esperanza!

El declara sinceramente a Dios su condición, el sabe que su pesar no es ajeno a Dios y encuentra respuesta en Su Verdad, le pide a Dios que le muestre Sus caminos para meditar en ellos.

¿Cuándo fue la última vez en la que te sentiste de esta manera, abatido, postrado?

Quizás hoy te sientas así, y la pregunta es: "¿Le pedirás a Dios que te muestre Sus caminos, Su verdad? ¿Meditarás en Sus promesas?

Otras versiones del versículo 28 dicen: "De angustia se derrite mi alma", este no es cualquier pesar, su dolor es grande y es increíble que a pesar de su realidad terrenal, él puede poner su mirada en lo eterno cuando pide a Dios que lo sustente conforme a Su Palabra.

En momentos de dolor la Palabra de Dios es lo único que necesito, es un balsamo para el corazón herido.

En ese momento de dolor angustiante, hay muchas mentiras que son puestas delante de él, más el prefiere optar por lo que es seguro, el camino de la verdad y no se queda ahí, él ha sido intencional en poner Su ordenanzas delante de él.

En este mundo de mentiras en el que vivimos necesitamos ese corazón que se desvia del camino de la mentira y se encausa en la verdad de Dios. Porque sólo de esta manera no seremos avergonzados (v.31) en las trampas de nuestros enemigos.

Finalmente como un resultado de postrarse ante la Palabra de Dios el salmista ha encontrado el camino por el cual correrá, uno que es seguro y lleno de vida.

¡Dios cambia mi forma de pensar, de verte y ensancha mi corazón!

¿Cuáles características de la Palabra de Dios puedes ver en este pasaje?






miércoles, 24 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! - Salmos 119:17-24

Publicado en www.AvivaNuestros Corazones.com

Hoy seguimos nuestra jornada por el Salmo 119 y es mi anhelo que Dios trapase nuestros corazones con Su Palabra y nos sature de Su Verdad. Los versículos de hoy son:
17 Favorece a tu siervo,
para que viva y guarde tu palabra.
18 Abre mis ojos, para que vea
las maravillas de tu ley.
19 Peregrino soy en la tierra,
no escondas de mí tus mandamientos.
20 Quebrantada está mi alma anhelando
tus ordenanzas en todo tiempo.
21 Tú reprendes a los soberbios, los malditos,
que se desvían de tus mandamientos.
22 Quita de mí el oprobio y el desprecio,
porque yo guardo tus testimonios.
23 Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí,
tu siervo medita en tus estatutos.
24 También tus testimonios son mi deleite;
ellos son mis consejeros.

¡Hay tanto que desempacar en estos versos! Es importante que notemos que el salmista está haciendo una oración, sus palabras están siendo dirigidas a Dios. Es hermoso ver cuán enfocado en Dios él estaba, al punto de que le pide ser favorecido con el propósito de vivir y guardar Su Palabra. 
Esto me hace pensar en cómo son mis oraciones... ¿Por qué busco el favor de Dios? ¿Alrededor de quien giran mis peticiones? ¿Veo el favor de Dios en términos materiales o en la gracia que Dios me da para agradarle?
Él continúa su oración diciendo "abre mis ojos" y esta es una petición por algo totalmente sobrenatural, algo que él no puede hacer por sí mismo. Con sus ojos naturales el nunca podrá contemplar las maravillas de Su ley, el está conciente de que sólo Dios puede revelar la belleza de Su Palabra.

Esto es coherente con Efesios 4:4 "entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón", esta la condición del hombre, sus mandamientos están escondidos del hombre natural, no pueden ser vistos.
Por esta razón es que necesitamos un Salvador, no hay nada en nosotros que anhele a Dios o a Su Palabra, tenemos el entendimiento entenbrecido.

¡Necesitamos desesperadamente clamar a Dios que abra nuestros ojos y podamos verle!

En el versículo 20 él llega al punto del quebranto por su gran anhelo por la ley de Dios. ¿Es esa tu actitud ante Dios? 
Finalmente en los últimos versos el salmista se enfrenta a los soberbios, los que lo maldicen y hablan en contra de él; aquí podemos encontrar la clave cuando somos injuriados. Mientras era todo esto pasaba el meditaba en la Palabra de Dios, ella era su consejera y su deleite. 
No recuerdo la última vez en la que en una situación similar actuara de la misma manera, lejos de eso cuando soy injuriada lo que quiero es defenderme y no tengo quietud. 
Dios nos de ese corazón que en medio de la crítica podamos refugiarnos en Su Verdad.

¡Abre mis ojos Dios! ¡Yo quiero verte!


martes, 23 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley! Salmos 119:9-16


Publicado en www.AvivaNuestrosCorazones.com 

Hoy continuamos con nuestro recorrido por el capítulo más largo de toda la Biblia, el Salmo 119.
¿Cómo puede el joven guardar puro su camino?
Guardando tu palabra.
10 Con todo mi corazón te he buscado;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
11 En mi corazón he atesorado tu palabra,
para no pecar contra ti.
12 Bendito tú, oh Señor;
enséñame tus estatutos.
13 He contado con mis labios
de todas las ordenanzas de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios,
más que en todas las riquezas.
15 Meditaré en tus preceptos,
y consideraré tus caminos.
16 Me deleitaré en tus estatutos,
y no olvidaré tu palabra.
 En el versículo 9, podemos encontrar la clave para guardar nuestro camino y la respuesta suena muy simple "Guardando" su Palabra, en otras versiones dice "viviendo conforme a Su Palabra". Este es un texto muy conocido pero muy poco practicado por nosotros los cristianos, vivir conforme a la Palabra de Dios es mucho más que orar todos los días, hacer un devocional o ir a la iglesia.

Para poder vivir conforme a su Palabra y aplicarla a mi día a día primero debo conocerla y de ahi me surgen unas preguntas:
¿Qué tanto tiempo estoy dedicando para conocer Su Palabra?
¿Planifico de antemano ese tiempo?
¿Aparto ese momento celosamente?

Esto me lleva justo al versículo 10, ahi describe cual es la actitud que debo tener ante esa busqueda de Su Palabra. ¿Es esa la forma en la que me acerco a Él? ¿Anhela todo mi ser Su Palabra? Luego sigue con una petición: " No dejes que me desvíe de ella"

Me encanta el versículo 11, el samista declara que en su corazón ha atesorado la Palabra de Dios y muchos de nosotros nos quedamos ahí, como si la oración terminara con un punto y no es así; El continúa revelando el propósito por el cual él la ha atesorado: "para no pecar contra ti".
No seamos como que guardan debajo de la tierra un gran tesoro, pero se mueren de hambre encima de él.


¿De qué sirve almacenar pasajes bíblicos si no estamos prestos para ponerlos en práctica?

Creo que nos pasa igual que lo que se relata en Santiago 1:22-25, somos simples oidores y muy olvidadizos para actuar conforme a lo que Dios nos habla, creo que la clave para evitar que esto nos suceda la podemos encontrar en los versículos siguientes, aquí se nos anima a repetir, meditar, deleitarnos y no olvidar Su Palabra.
Lo que mejor describe este ejercicio es la memorización de las escrituras, tomas un pasaje de la Biblia, lo escribes en una nota y lo llevas contigo durante el día, esto te brinda el escenario para:
Repetirlo, meditarlo, deleitarte en él y no olvidarlo.

Aquí te dejo un artículo escrito por Nancy Leigh DeMoss que te ayudará a aprender a memorizar la Palabra de Dios: Memorización de las Escrituras

lunes, 22 de julio de 2013

¡Cuánto amo tu ley!


Publicado en www.AvivaNuestrosCorazones.com

En el Salmo 119 el salmista declara: "¡Cuánto amo tu ley! Todo el dia es ella mi meditación", al leerlo sentí como este versículo atrapó mi corazón y a la vez me confrontó grandemente porque esta no es una realidad en mi vida práctica. 

Considerando que se acerca la conferencia "Por Su Causa" y este año el tema es "Por el poder de su Palabra" creo que debo ir preparando mi corazón para todo lo que Dios quiere hablarme.

Anhelo que la Palabra de Dios sea mi meditación contínua, que mis pasos se apresuren a cumplirla y mi corazón la guarde como un tesoro. Es por eso que he decido hacer un recorrido por el Salmo119, el capítulo más ignorado de la Biblia (creo que por lo largo que es...jeje) y conocer a fondo todo lo que Dios quiere hablarme acerca de su Ley.

Hoy inicié con los versículos del 1 al 8:
1 ¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto (intachable),
los que andan en la ley del Señor!
¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios,
y con todo el corazón le buscan!
No cometen iniquidad,
sino que andan en sus caminos.
Tú has ordenado tus preceptos,
para que los guardemos con diligencia.
¡Ojalá mis caminos sean afirmados
para guardar tus estatutos!
Entonces no seré avergonzado,
al considerar todos tus mandamientos.
Con rectitud de corazón te daré gracias,
al aprender tus justos juicios.
Tus estatutos guardaré;
no me dejes en completo desamparo.
A partir de este texto me sugen muchas preguntas que me confrontan y me hacen pensar en mi caminar con Dios y me ayudan a orar más especicificamente.
  • ¿Ando yo continuamente en la ley del Señor?
  • ¿Es mi deseo ser intencional/diligente en como puedo agradar a Dios en todos los aspectos de mi vida?
  • ¿Es mi testimonio intachable?
  • ¿Estoy buscando al Señor y Su Palabra con todo mi corazón?
  • ¿Soy agradecida cuando Dios me muestra alguna verdad o me confronta?
  • ¿Si no tengo la Palabra de Dios me siento desamparada?
Señor confieso que tu Palabra no es mi prioridad en muchos escenarios de mi vida, pon en mí un corazón que considere tu Ley primero que cualquier otra cosa. Llename de un ferviente anhelo por tí y que pueda entender que haciendo esto soy bienaventurada. Recuérdame que sólo la obra de Cristo puede hacer de esto una realidad en mi vida.

¿Me acompañas en este recorrido? ¡Anímate!

¿Tienes tus propias reflexiones o preguntas a partir de estos versículos? ¡Compártelas y deja un comentario!

jueves, 18 de julio de 2013

Un mensaje a los homosexuales

En las últimas semanas con todo este revuelo del tema de los homosexuales, he estado meditando acerca de  cuál debe ser mi rol social como cristiana, despues de analizar todas las posturas quise hacer sólo una cosa: escribirle un mensaje a los homosexuales que están a mi alcance y con los que en alguna manera me he relacionado.

Quiero decirte que cuando un cristiano en cualquier escenario comunica o publica su convicción en cuanto al matrimonio heterosexual y lo hace levantando el estandar de la Palabra de Dios, no está insultándote, odiándote o siendo homofóbico. Ese cristiano está poniendo en alto su convicción y su fe.

Para un homosexual proclamar su preferencia sexual a viva voz, hacer marchas, exigir respeto responde a un derecho, pero cuando un cristiano quiere hacer lo mismo es catalogado como un irrespeto y un insulto.

Creo que no puedes exigir algo que no das. Si decidiste elegir tú mismo tu preferencia sexual , creo que lo menos que puedes hacer es aceptar y respetar las convicciones de los que no piensan igual que tú.

¡Escucha! Puedo proclamar mis principios y valores, puedo predicar la Palabra de Dios, puedo decir a todo pulmón que el creador del matrimonio es Dios y que lo estableció entre un hombre y una mujer y eso no me hace odiarte, ni ser homofóbico.

Tengo un amigo homosexual que vi crecer en la iglesia, cuando me enteré de su preferencia sexual eso no hizo que cambiara mi afecto hacia él, tanto mi esposo como yo lo respetamos y lo amamos y estamos seguros de que él ha podido sentir nuestro amor y respeto.

En conclusión quiero decirte que cuando un cristiano te llama pecador y te dice que necesitas un nuevo corazón para poder amar a Dios y Su diseño para ti, solo te está diciendo lo que sucedio en él primero. Fue cuando Dios me hizo un un transplante de corazón que pude amarle, porque el corazón que yo tenía estaba muerto y no me servía para verle, pero Dios que es rico en misericordia "muestra su amor por nosotros en que aún siendo pecadores Cristo murió por nosotros" Romanos 5:8

¡Un abrazo!
Betsy