lunes, 9 de septiembre de 2013

Bendice alma mía al Señor

Recordemos las bondades del Señor.

Nuestra tendencia es olvidar cuán bueno ha sido y es Dios para con nosotros.

Él no nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
En esta mañana quiero traer a mi mente todos los beneficios y bondades del Señor, la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen.

Bendigo al Señor porque desde mi niñez he visto su cuidado y su gran amor.
El Señor me llamo desde mi juventud.
El Señor ha sido el mejor Padre para mí.
El Señor me ha guardado en sus caminos.
Él me dió a conocer Su precioso Evangelio.
Cuando he huído de Él, tras mi pecado, con lazos de amor me ha traído de vuelta a Él.
El Señor no ha tomado en cuenta mi infidelidad y mi maldad, si no que me ha favorecido con Su amor que no cambia.
Él se recuerda que soy sólo polvo, Él le ha dado sentido a mi vida.
Lo bendigo porque Él redimió mi diseño como mujer, esposa y madre.
El Señor me ha mostrado su provisión a través de la familia de la fe.
Bendigo al Señor porque nunca me tratado como he merecido, no ha tomado en cuenta mi pecado que es mucho y me sostiene con su gracia.
Bendigo al Señor porque me sostiene en Su mano y nada me apartará de Él.


Te comparto esta hermosa cancion del Salmo 103 por Alejandro del Bosque: Salmo 103 por Alejandro del Bosque
Salmos 103 (LBLA)
1 Bendice, alma mía, al Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades;
4 el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
5 el que colma de bienes tus años,
para que tu juventud se renueve como el águila.

6 El Señor hace justicia,
y juicios a favor de todos los oprimidos.
7 A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
8 Compasivo y clemente es el Señor,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá con nosotros para siempre,
ni para siempre guardará su enojo.
10 No nos ha tratado según nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra,
así es de grande su misericordia para los que le temen.
12 Como está de lejos el oriente del occidente,
así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el Señor de los que le temen.
14 Porque El sabe de qué estamos hechos,
se acuerda de que somos sólo polvo.

15 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.

19 El Señor ha establecido su trono en los cielos,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al Señor, vosotros todos sus ejércitos,

que le servís haciendo su voluntad.

22 Bendecid al Señor, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su dominio.
Bendice, alma mía, al Señor.

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