sábado, 4 de septiembre de 2010

Los 10 mandamientos - I

Éxodo 20:3-4 No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Cuando Moisés recibió los mandamientos el pueblo tenia una guía clara de cual era la voluntad de Dios para sus vidas y su andar. Después de tantos años creo necesario volver a repasar estos conceptos que muchos solo vieron en el "catecismo".
El primero nos manda a no tener dioses ajenos, en Egipto el politeísmo era tan fuerte que dentro del mismo campamento de Jehova, algunos aun guardaban amuletos, imágenes y esculturas.
Dios daba un mandato radical, a pesar de que el pueblo había crecido alrededor de tantos dioses falsos, les ordeno reconocer que Yo Soy el único Dios verdadero. En nuestros tiempos el politeísmo también nos arropa y es difícil entender que Dios es solo uno y no comparte su gloria con los "santos", vírgenes y hasta los ángeles. Lo que pasa es que el ser humano vive en una inseguridad tan grande que necesita "resguardos" para todo.
Aun dentro de la iglesia cristiana se nos hace tan difícil solamente adorar a un solo Dios, y lo demostramos de tantas maneras, como con nuestro falso deseo de congregarnos cuando solo queremos ser vistos por el pastor o los hermanos; no vamos con el ferviente anhelo de adorar al Dios verdadero sino para ganarnos el crédito de la gente. O quizás cuando nuestra alabanza se trata solo de nosotros mismos y nos olvidamos que TODA la gloria le pertenece a nuestro único Dios.
La segunda parte de este mandamiento nos ordena hacernos ninguna imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo. Cuantas veces nos hacemos una "idea de Dios" totalmente distorsionada de lo que establece su Palabra. Muchos vemos a Dios como un ejecutor de nuestra voluntad, un contestador de peticiones, un cajero de banco o un cumplidor de sueños. Cuando nos manda a NO hacernos imagen, no solo se refiere a las esculturas que vemos en las iglesias tradicionales.
Es mi oración que Dios abra nuestro entendimiento y podamos reconocerlo a El y solo a El como nuestro único Dios. Como el objeto central de nuestra alabanza y devoción. Que podamos dejar a un lado nuestro Yo y volvernos a El.

No hay comentarios: